Desintegración (cracking)

La desintegración o "cracking" del petróleo consiste en la ruptura o descomposición de hidrocarburos de elevado peso molecular, como los contenidos en las fracciones de alto punto de ebullición del petróleo crudo, en compuestos de menor peso molecular, de punto de ebullición más bajo

Se pueden distinguir, básicamente, dos tipos de "cracking", el térmico y el catalítico.

En el proceso antiguo del "cracking" térmico se empleaba una carga pesada (compuestos de alto peso molecular), temperaturas relativamente bajas y presiones altas. En el proceso moderno se usan cargas ligeras líquidas o gaseosas, temperaturas elevadas (800-900 ºC) y presiones bajas. Se utiliza principalmente para la obtención de olefinas a partir de naftas.

El "cracking" catalítico tiene lugar a temperaturas entre 450 y 550 ºC en presencia de catalizadores, los cuales realizan una acción selectiva que orienta la reacción de ruptura en un sentido perfectamente determinado, con lo que se evitan muchas reacciones secundarias indeseadas. Se utiliza principalmente para la obtención de hidrocarburos saturados de cadena corta a partir de otros de cadena más larga.