Caucho

En estado natural, el caucho aparece en forma de suspensión coloidal en el látex de las plantas productoras de caucho. Estas plantas son la euforbiácea Hevea brasiliensis y la morácea Ficus elastica en los países tropicales, y la compuesta Parthenium argentatum en los países templados.

El látex se haya contenido dentro de unas células tubulosas especiales que constituyen los llamados tubos laticíferos. Es un líquido lechoso, constituido por diversas sustancias que pueden estar disueltas (azúcares, gomas, alcaloides) o en emulsión (caucho, resinas). Se obtiene practicando incisiones en la corteza del árbol. El látex fluye por estar contenido a presión en los vasos laticíferos.

El látex extraído se tamiza, se diluye en agua y se trata con ácido para que las partículas de caucho que se encuentran en emulsión se aglutinen. Posteriormente se prensa con unos rodillos para darle forma de láminas de unos 0,6 cm de espesor y se seca al aire o con humo para su distribución.

Se suelen obtener unos 450 Kg de caucho bruto al año por hectárea cultivada, aunque con árboles de alto rendimiento, la producción anual puede llegar a los 2200 Kg por hectárea, y se ha conseguido desarrollar ejemplares experimentales que alcanzan los 3300 Kg por hectárea y año.

El caucho bruto en estado natural es un polímero de del isopreno (2-metilbutadieno) en forma cis, en contraposición a sus isómeros gutapercha y balata que provienen de la forma trans (ver figuras adjuntas).

El caucho puro es blanco e incoloro. Insoluble en agua, álcalis o ácidos débiles y soluble en benceno, petróleo, hidrocarburos clorados y disulfuro de carbono.

De toda la producción mundial de caucho un 36% se obtiene del caucho natural, el resto es caucho sintético.